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  • Foto del escritorNicole Rojas Berrazueta

Políticas culturales: una mirada desde el Centro Histórico de Quito


Quito es la primera ciudad en el mundo en ser declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por las Naciones Unidas en el año 1978. El Centro Histórico tiene una gran historia cultural donde se aloja una gran diversidad de arte tanto pictórico, arquitectónico como escultórico; principalmente de carácter religioso. Un lugar lleno de vida cultural e histórico para el Ecuador.


El Centro Histórico de Quito ha sido un espacio en el que se ha creado y construido costumbres y tradiciones que forman parte de la vida cotidiana de sus habitantes. Hay que tener en cuenta que la identidad no es algo “dado” por la naturaleza sino, más bien, un proceso de asimilación y aprendizaje cultural que nunca concluye, que cambia constantemente y cuyas variaciones se deben tanto a dinámicas internas como a las múltiples influencias del exterior (Vich, pág. 267).



Todas estas dinámicas han ido modificando varias causas provocando que el tejido tradicional vaya transformándose e influyendo de diferentes perspectivas la vida tanto de los pobladores como las variaciones en su desarrollo en la sociedad quiteña. Uno de los proyectos más beneficiarios es la recuperación urbana del Centro de Quito. Que en buena parte a ayudado en la incrementación del turismo, pero no podemos dejar de lado que el proceso de recuperación urbana omite las especialidades culturales de cada grupo social que habita en los barrios quiteños. El desarrollo cultural es fundamental para entender el poder simbólico a través de las representaciones socioculturales en los tiempos actuales.



Michel Foucault plantea que tanto el sujeto como la sociedad están atravesados por relaciones de poder. En estas relaciones existen dos polos, una parte que es la que ejerce el poder, toma la palabra y posee los recursos, y otra que obedece y se desenvuelve con los recursos que la otra parte le ofrece. El poder no es considerado como un objeto, sino que es una relación de fuerzas, una situación estratégica mediante la cual se construyen sujetos, se configuran subjetividades y se implanta conocimiento. En el acontecer de estas relaciones de poder lo que se intenta es el establecimiento y el mantenimiento del orden social –puede implicar fuerza o coerción-, lo cual se efectúa por medio de un sistema político que comprende un conjunto de normas bajo las cuales se rige una sociedad. Dentro de este conjunto de normas se encuentran macro y micro verdades, saberes que tienen como finalidad explicar la totalidad mediante las relaciones interpersonales, pautas y mecanismos de operar, conformar a la sociedad en su conjunto y regular la acción social (Proaño, 2013).



En la actualidad el proceso de urbanización como los cambios en sí socioculturales del lugar ha hecho que los sectores tradicionalistas insistan en la necesidad de la valorización y recuperación de este. Si ahora sabemos que la sociedad civil no es una entidad autónoma, sino que está constituida a partir de sus interacciones con el Estado y el mercado, debemos sostener, de la misma manera, que la cultura tampoco puede seguir entendiéndose como una esfera autónoma sin relaciones con la política y la economía. La cultura ha dejado de ser una esfera separada y autárquica, y ahora se entiende como una dimensión que atraviesa a las todas instituciones —económicas, políticas y sociales— de la vida social (Vich, pág. 275).



Bibliografía


- Proaño, L. P. (octubre de 2013). Michel Foucault y el poder. Obtenido de LA PARTICIPACIÓN EN LA RECUPERACIÓN URBANA DEL CENTRO HISTÓRICO DE QUITO: http://repositorio.puce.edu.ec/bitstream/handle/22000/5654/T-PUCE-5771.pdf?sequence=1&isAllowed=y


- Vich, V. (s.f.). Las políticas culturales en debate. Obtenido de Biblioteca Virtual Clacso : http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/peru/iep/estado/vich.pdf

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